Volkswagen. ¿Motores eficientes o deficientes?
11 millones de vehículos trucados para reducir las emisiones de CO2 a la atmósfera cuando los vehículos estaban siendo sometidos a medición.
El escándalo de los coches trucados, como si de un chiste se tratara, salió a la luz en plena semana de la movilidad sostenible, concretamente en el día sin coche, y todavía se desconoce la magnitud de las repercusiones que tendrá sobre la salud de la compañía, aunque se pude vislumbrar un futuro algo turbulento y complicado.
La compañía se enfrenta a demandas multimillonarias por engaño, y a grandes sanciones por parte del gobierno alemán. Pero probablemente, sea más importante el castigo que reciba de los consumidores, ya que olvidar un engaño de tal magnitud y lavar la imagen de la compañía les costará un gran esfuerzo, no sólo económico.
¡Una marca de tal prestigio, prestada a diseñar un software que le ayude a saltarse las normas ambientales y maquillar las emisiones reales de sus vehículos!. No damos crédito a la noticia, y menos viniendo de una empresa Alemana, donde tan rigurosos y estrictos son con las normas. Al final puede que toda Europa tenga un poco de sangre mediterránea, y ni en el Arco Mediterráneo seamos tan malos, ni en Alemania tan buenos.
Uno de los sectores más influyentes en el cambio climático, el transporte, y uno en los que más dinero público se invierte para mejorar su comportamiento ambiental, ultrajado por la Volkswagen.
No sólo es una falta de respeto hacia sus consumidores, también es una falta de respeto hacia todos los contribuyentes que permiten, a través de sus impuestos, que proyectos reales dirigidos a disminuir las emisiones de CO2, se realicen. Y es una falta de respeto, hacia todas aquellas personas, que dedican su tiempo y su trabajo en hacer posible que proyectos cuyo objetivo es disminuir los efectos del cambio climático, mejorar la eficiencia energética, etc., se lleven a cabo y todos nos veamos beneficiados, incluso ellos.
De nuevo, el motor que mueve el mundo intenta ser el del poder económico, la ambición y el engaño, y una vez más se demuestra que este motor tarde o temprano siempre gripa.
Reflexión:
¿Qué cantidad de dinero público destinado al desarrollo de tecnología sostenible para el incremento de eficiencia de la combustión y la reducción de emisiones, habrán captado y lapidado?
¿Qué cantidad de impuestos se habrán ahorrado, a través de las ventajas fiscales de la inversión en I+D relacionada con la disminución de emisiones?
¿Cómo habrá afectado esto al cómputo total de emisiones de GEI?
¿Habrán hecho lo mismo el resto de marcas?
¿Si lo han hecho, es porque las empresas no tienen la capacidad técnica de hacer la combustión más eficiente y menos contaminante, o simplemente es más fácil desarrollar tecnología que camufle el engaño?
